Jairo Mora en la playa en la que fue asesinado
El viernes 31 de mayo apareció el cuerpo sin vida del biólogo Jairo Mora Sandoval en una playa de Moín, en el caribe costarricense. El cuerpo estaba desnudo, maniatado y presentaba un disparo en la cabeza. Se trató de una ejecución en toda regla que acabó con la vida de este joven naturalista que luchaba por la preservación de las tortugas baula, una especie en peligro de extinción cuyos huevos son muy apreciados en el país caribeño por sus supuestas propiedades para potenciar la sexualidad masculina.
Las reiteradas amenazas proferidas por los saqueadores de huevos finalmente se cumplieron, y en la misma playa donde Jairo batallaba por evitar este desastre natural, encontró una muerte violenta que sin duda tiene como fin amedrentar a los miembros de diversas organizaciones conservacionistas en su lucha por la protección de este espectacular animal.
En esta provincia caribeña de Limón, no todo es verdad. Su fama de lugar que apuesta por el ecoturismo y la conservación, encierra una realidad cruel y violenta, en la que la policía es un puro espectador que no se inmiscuye en las luchas que los ambientalistas libran contra los traficantes de huevos, también en muchos casos peones de las grandes redes del tráfico de cocaína.
Este joven ambientalista, colaborador de la organización Widecast y estudiante de biología tropical, era un amante de la naturaleza y de las tortugas baulas, una especie sencillamente espectacular que llega a medir hasta dos metros, las más grandes del mundo, y cuyo desobe en esta playa de más de 17 km. atraía a miles de turistas deseosos de observar en la noche el espectáculo.
La noche del jueves, Jairo patrullaba, como hacía habitualmente, la playa de nueve millas, junto a tres estadounidenses y una veterinaria española. Cayeron en la emboscada, y mientras retenían a sus compañeros, a él se lo llevaron para asesinarlo.
Jairo era valiente, casi rayando en la imprudencia. Nunca se escondió y siempre presionó a la policía para que patrullara la playa. El 23 de abril publicó en su muro de facebook: “Podrían enviar mensajes a la Policía para que vengan a la playa de Moín. Que no tengan miedo; solo que vengan armados, no más. 60 tortugas perdidas y ni un solo nido. Ocupamos ayuda y pronto”.
En su última entrevista al periodista Esteban Mata, Jairo afirmaba “Si un policía dice que nos apoya, está mintiendo”. Y continuaba “Sí, da miedo, pero en la playa todo el mundo me conoce y sabe que me llamo Jairo”. Sabían a por quien iban, se llamaba Jairo y dio la vida por las tortugas.
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